6 de enero, día de los reyes magos y de partir la tradicional rosca... ¿a quién le toco el niño?, que se prepare para dar los tamales y el atole.
En México encontrarse al “niño dios”, “muñequito”, “monito”
o como lo llamen, significa ser padrino de los tamales y atole para dar paso a
otra celebración: la fiesta del 2 de febrero, “día de la Candelaria” o al menos
una tradición que pocos celebran como lo marca la religión católica: levantar
el nacimiento de navidad para que a quien le haya tocado el “muñequito” apadrine
al niño dios de dicho nacimiento, es decir, se lo lleve y vista de forma “elegante”
para presentarlo a la iglesia el 2 de febrero.
No se sabe desde cuando se comenzó a esconder esta
figurilla en la rosca, que antiguamente era de cerámica o porcelana, pero que
hoy en día es común encontrarla de plástico; y que esta misma pasó a sustituir actualmente
a una haba seca en el siglo III y a una moneda en el siglo XIII. Pero lo que sí
se sabe, es que dicha acción de esconder al niño en la rosca, representa a los bebés
que tuvieron que ser escondidos a causa del mandato de Herodes I (Herodes el
grande) de asesinar a todos los bebés, con el motivo de matar principalmente a
Jesús quien acababa de nacer.
La verdad es que las personas tratan de evitar al
niño, con tal de no estar comprometidos en dicha fiesta. Como sea, lo que sí es
seguro es que en esta fecha las panaderías, mercados, supermercados y hogares
se llenan de ese aroma tan rico de la naranja y otros cítricos que recuerdan
los sabores dulces del pan y el
chocolate caliente recién hecho, ligado a la sensación de estar con la familia
en esta época de frío.
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